La batalla por la ciudad de Stalingrado, en el curso de la segunda guerra mundial, es considerada por numerosos historiadores como la más sangrienta de la historia. En los 6 meses que duró, el Ejército rojo y las fuerzas alemanas se enzarzaron en una feroz lucha en la que se hostigaron mutuamente sin cuartel. Se calcula que murieron entre 3 y 4 millones de personas entre soldados y civiles.

También es tristemente conocida la batalla del Somme, en la Primera Guerra Mundial. En el primer día de batalla las fuerzas británicas trataron de tomar al asalto las posiciones alemanas, fuertemente atrincheradas. El resultado no pudo ser más desastroso: En tan solo unas horas 35.000 soldados británicos fueron heridos y 20.000 murieron.