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Cuando a tu alrededor ves que todo el mundo empieza a poner a punto sus dispositivos de visión nocturna, que se vuelven locos buscando donde comprar láseres IR, que empiezan a subir fotos de sus rifles con linternas… Entonces sabes que pasa una de estas dos cosas: los han fichado a todos para la segunda parte de la peli “13 horas” o es que se preparan para una nueva edición de la Operation Moonlight.

Desde que en Taiwán tuvo lugar la primera Operación Moonlight, ha sido una saga de eventos que se ha caracterizado por algo muy concreto que ha marcado su personalidad: el combate nocturno.

Algo que no solo condiciona considerablemente el estilo y la configuración de todo el equipo que te llevas al evento sino que también te obliga a preparar la organización interna de las escuadras y la comunicación interna dentro del bando. Para cuando llegan todos los participantes, la tarde del primer día, todo lleva gestándose tanto tiempo que no queda mucho más que hablar. 

No hay muchas restricciones en este evento en cuanto al equipo que puede llevar cada jugador. Esto nos ofrece una libertad brutal como os podréis imaginar, pero también nos obliga a establecer protocolos para distinguirnos de las unidades del otro bando.

Y por si eso fuera poco, hay un tercer bando neutral NPC (non-player character o personajes no jugadores) que se encargan de balancear el equilibrio de la fuerza de cada bando en cada momento ¡y no siempre para igualarlo! Los bandos podemos, o mejor dicho, tenemos que inteqractuar con ellos a través del roleo para poder aprovecharnos de las ventajas que nos ofrecen en cada momento. Esta es otra de las características de la personalidad del evento que, en nuestra opinión, lo hacen único. 

Este año el evento repetía localización, y nos vimos las caras al sur de Taiwán, en la zona del camping de Lihu. Un terreno de juego impresionante: el Kaohsiung Moon World. Un parque con un paisaje volcánico, erosionado por las vías fluviales de la zona como el río Erren, y que le confieren un aspecto “lunar” tan único y espectacular. Menos mal que no era la primera vez que íbamos allí o podríamos haber corrido el riesgo de quedarnos embobados contemplando tanta belleza natural. Para que os podáis hacer una idea del tamaño del lugar, os diremos que hay un lago y que por ejemplo, el año pasado usaron quads para el transporte de jugadores y suministros durante el evento. Pero este año nos tenían una sorpresa guardada, tenían algo más impresionante. La organización consiguió traer un Polaris ATV, un buggy como el que usan las unidades de fuerzas especiales cuando necesitan un vehículo ligero, rápido y todoterreno con el que poder operar por zonas poco accesibles. Como os podréis imaginar fue la estrella del evento.

Es un vehículo que ya habíamos podido ver en otras exhibiciones que han tenido lugar en Taiwan, y que los airsofters de CAMP66 en Taoyuan han podido disfrutar a menudo. Aunque creo que es la primera vez que se usaba en un evento de estas dimensiones.

Este año además de los jugadores locales taiwaneses acudieron al evento airsofters desde Hong Kong, China continental y otros lugares. El nivel fue tal que llegué a contar más de 80 visores nocturnos el sábado la mañana mientras la gente se registraba antes de empezar la partida. Cuando la partida comenzó y cada bando se dirigía a su HQ todos estábamos excitadísimos por las 20 horas que nos quedaban por delante. Iban a ser épicas.

El bando NPC interpretaban a “personal de la compañía eléctrica” en el guión del evento, y cada uno de los bandos tenía que conseguir el control de las siete plantas con paneles solares. Para ello cada bando tenía asignado un color de luz que marcaba que la estación estaba bajo su dominio. 

La localización de las siete plantas fue publicada en la fan page de la Operation Moonlight, y a la misma página tenían que subir los equipos fotos mostrando que tenían ellos el control (aunque así también lo sabían los otros dos bandos). Así que era tan importante el ataque como la defensa posterior de las instalaciones. 

Mientras tanto el equipo NPC (sí, los de la compañía eléctrica) empezaron a patrullar por la zona, aunque no tardaron en hacer contacto con fuerzas enemigas así que desplegaron sus escudos al frente para tratar de ganar una ventaja en el avance y reducir a sus opositores. Aunque, habiendo conseguido el objetivo decidimos retirarnos hasta nuestro HQ.

Por la tarde tuvimos varios contactos en los que nos costaba discernir si lo que teníamos delante eran tropas amigas o enemigas, y que acababan resolviéndose en forma de combate a gran escala. No sabíamos quienes eran, pero nuestra contundencia les dejó claro quienes eramos nosotros. No obstante, no tardamos en activar el protocolo digital para distinguirnos del bando contrario. Toda esta confusión es otra parte de lo que hace interesante a la Operation Moonlight.

Cuando cayó la noche se desató el momento que todos estábamos esperando. Cada uno de los bandos recibió sus órdenes, se les encargaron unas series de misiones. Mientras tanto los NPC se preparaban con ametralladoras, rifles, escudos y todo lo que tenían a mano para montar una base desde la que aguantar o incluso lanzarse al ataque si llegaba el momento.. 

Nuestros objetivos primarios se centraron en localizar y destruir los puestos avanzados del bando contrario, mientras otros equipos se lanzaban directos contra el corazón de su HQ. No nos lo pusieron fácil, entre sus centinelas y los focos perimetrales de los puestos adelantados. Fue una lucha en nocturna en la que los visores claramente marcaron la diferencia. Además, algunos de sus equipos lograron cruzar la línea de frente y pasar a atacar nuestras defensas en retaguardia. Una lucha encarnizada con más de 100 atacantes tratando de abrirse camino mientras procuraban no dejar su retaguardia vulnerable. 

A medianoche, el NPC se alió con nuestro enemigo para evitar que tomásemos los puntos adelantados. Sumaron sus fuerzas al gran trabajo que estaban haciendo los jugadores con visores nocturnos en la defensa de las posiciones. Y, al final, no pudimos evitar la pérdida de uno de los puestos que tanto esfuerzo nos había costado conquistar.

A modo de anécdota, os contaré que en un momento de la partida uno de los árbitros de la partida fue eliminado y él nos contaba que era porque alguien vio la linterna encendida con la que iluminaba el camino y le debió de disparar por error. Lo que nunca supo es que sobre él había más láseres IR que en la película de 13 horas, aunque no conseguimos descubrir quién fue el que lo eliminó.

Originalmente, sobre el papel al menos, la mañana del domingo estaba destinada a una lucha encarnizada por las plantas eléctricas. Sin embargo, los dos bandos nos pusimos de acuerdo para darle una lección al NPC “que no pudiera olvidar” por sus continuos escarceos con uno y otro bando. Así que los atrajimos hasta cierto punto previamente establecido y a nuestra señal el bando contrario se les lanzó encima. La emboscada fue brutal, todo salió a pedir de boca, pero, debido a un accidente con una granada de humo, tuvimos que terminar el evento antes de lo que nos hubiese gustado.

Esta edición del evento ha sido un auténtico hito para muchos airsofters, de hecho, muchos ya están hasta reservando sus plazas para el que pueda tener lugar en 2020. Nosotros repetiremos, la pregunta es ¿vienes tú a Taiwán? ¡Estás invitado!