Un clásico entre los clasicos
La MG 34 (Maschinegewehr 34, «Ametralladora 34» en alemán) era una ametralladora media alemana que comenzó a ser fabricada y aceptada para servicio en 1934. Las primeras unidades se distribuyeron en 1935. Era una ametralladora refrigerada por aire que disparaba cartuchos 7,92 x 57 Mauser y tenía un funcionamiento similar a otras ametralladoras medianas.
Fue diseñada tanto como arma ligera de pelotones como para tareas mayores, siendo un ejemplo temprano de ametralladora de propósito general. Como arma ligera, se pensó equiparla con un bípode y un cargador de tambor de 75 proyectiles. Como ametralladora pesada estaba montada en un trípode y utilizaba cintas de munición. En la práctica, la infantería sólo usaba la versión de bípode, dando como resultado una arma media de apoyo.
La MG 34 fue empleada como ametralladora principal de la infantería durante los años 1930, y permaneció como arma defensiva antiaérea y en carros de combate. Se intentó que fuese sustituida en su servicio con la infantería por laMG 42, pero nunca hubo suficientes cantidades del nuevo modelo para hacerlo, y se continuó usando la MG 34 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. LaMG 34 sustituía a la MG 13 y otras ametralladoras antiguas, pero finalmente estas se siguieron utilizando debido a la alta demanda. Era un arma muy precisa debido a su cañón estriado.
Las principales diferencias estaban en el mecanismo de alimentación desplazado a la posición más práctica en la izquierda y la adición de una cubierta alrededor del cañón. Se introdujeron cambios en el mecanismo de disparo, mejorando la cadencia de fuego a 800-900 proyectiles por minuto.
La nueva arma fue aceptada y entró en servicio casi inmediatamente, siendo generalmente bien recibida por las tropas. Fue utilizada por la Legión Condor durante la Guerra Civil Española (1936-1939). En ese momento se introdujo una serie de características avanzadas, y llegaría a ser una influencia en el concepto de ametralladora de propósito general. Sin embargo, la MG 34 era también cara, en términos de construcción y materias primas (necesitaba 49 kg de acero)y no fue posible la producción de las grandes cantidades que necesitaba el ejército alemán.
También se demostró que era un arma impredecible, con facilidad a encasquillarse por la suciedad y se congelaba con las temperaturas bajas de los inviernos de 1941, 1942 y 1943 durante la invasión de la Unión Soviética, la mayor parte de los fallos provienen del mecanismo de alimentación y es muy sensible a variaciones en la munición.