Conociendo a: Agrupación Antisecuestros Aéreos, Chile
Corren 10 kilómetros cada día. Saltan sobre 10.000 pies de altura abriendo el paracaídas a sólo un kilómetro del suelo, para descender a la mayor velocidad posible. Son capaces de tomar un avión comercial y neutralizar a sus enemigos en menos de 20 segundos. Las prácticas de tiro, el dominio de artes marciales, la esclada con cuerdas, la desactivación de explosivos en tiempo récord, el manejo de técnicas de camuflaje y la negociación con toma de rehenes son parte de su entrenamiento habitual.
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El Grupo A.S.A está ubicado en una disimulada caseta al interior del aeropuerto Arturo Merino Benítez, y está compuesto por Fuerzas Especiales de Aviación, quienes conforman un equipo multidisciplinario especializado en técnicas de antiterrorismo aeronáutico e inteligencia. La organización se creó por decreto ley en 1981 y su rutina de entrenamiento se relaciona directamente con las actividades que se realizan en el aeropuerto, por lo cual cada uno de sus integrantes, aparte de conocer el aeropuerto como la palma de su mano, debe saber de memoria el diseño de distintos aviones comerciales y ser capaces de desempeñarse en las actividades antiterroristas sin levantar sospechas.
Dos secuestros, 152 amenazas de bomba en vuelos comerciales, 29 artefactos explosivos en aeropuertos son parte del historial de A.S.A
La Asociación Antisecuestros protege a la aviación comercial chilena. Los secuestros aéreos en Chile no son frecuentes, aunque han ocurrido, y es por eso que existe un grupo de elite encargado de manejar situaciones de este tipo. La Agrupación Antisecuestros Aéreos de la FACh actúa bajo una orden directa del Presidente de la República. Un entrenamiento riguroso convierte a estos hombres en los únicos especialistas capacitados para desarticular un acto terrorista de esta naturaleza, y además, mantener un bajo perfil.
Hoy en día, este grupo de elite revisa a lo menos diez aviones diarios, aeropuertos y pasajeros, lo que a veces les a acarreado mas de una sorpresa. Se han encontrado muchos artefactos de terroristas tales como explosivos, cápsulas con nitroglicerina, armas, etc.
Su fuerte entrenamiento les permitió desarticular, en el año 1989, un secuestro en el Aeropuerto de Mataveri, Isla de Pascua y otro en el año 1995 en el Aeropuerto de Cerro Moreno, Antofagasta hechos que pasaron inadvertidos gracias al bajo perfil de estos hombres, que esconden sus rostros para proteger a sus familias y que se arriesgan en pro de la Seguridad Nacional.