Psicología del Airsoft - Competir versus Jugar
Esto se resume en:
"Esto es la guerra y aquí se viene a ganar" versus "Chicos, pasemoslo bien."
Este artículo es una de esas cosas que tienes pendiente y que vas dejando de lado con el tiempo, hasta que una chispa te hace volcarte en ello y acabarlo. Sinceramente, mi palabra no es la ley, pero muchas veces la uso para canalizar la voz de aquellos que no la suelen tener o que se dejan llevar por la corriente de la mayoría.
Debemos reconocer todos, que el Airsoft sigue teniendo ese componente belicoso, cuasi guerrero, que nos hace introducirnos en el papel del equipo, de la unidad, del soldado, ese ambiente que nos traslada al frente de guerra y nos hace descargar esas sensaciones increíbles, de antes, mientras y después de la partida.
Quiero hacer una reflexión sobre la diferencia que tiene en el Airsoft llevarlo a la competición o al juego roleado que tanto nos gusta.
Pongo como ejemplo, las partidas que se centran en una serie de objetivos para poder ganar o en una suma de puntos por los objetivos conseguidos, en ellas por mucho que nos esforcemos, es sumamente difícil conseguir que todo eso redunde en una partida gratificante, porque ante el reto de ganar, muchos jugadores flexionan al límite las inmortalidades, las infalibilidades, y los niveles de tensión nos llevan a situaciones de crispación, de ver fantasmas inmortales donde no los hay, aparecen problemas donde una simple rama desvió las bolas que has tirado y has perdido un objetivo que te hace perder la partida...
Como después de asumir, que un jugador ha hecho trampas y por ello has perdido...., vencido, arrasado... vas a poder disfrutar del juego o del más importante "la post-partida", como te tomas una birra o similar, con alguien que te ha hecho perder con lo que tu crees que son trampas....
Es inviable para mucha gente asumir la palabra derrota y todo se vuelve agresivo, oscuro. Incluyo en esta reflexión, las partidas que incluyen premios a ganadores y provocan los funestos resultados entre el espíritu de hermandad que exige el juego.
En cambio, en las partidas que más y mejor lo he pasado, no me ofrecían una victoria o una derrota, me ofrecían un juego... Un juego cuyo objetivo era recorrerlo, disfrutarlo, vivirlo y ver a donde te llevaba.
Ahí es donde te olvidas de ganar, sino de vivir el juego. Te conviertes en lo que el guionista de la partida quiere que seas y ahí, en vez de llenarse de orgullo porque tiene una guerra, se llena de orgullo porque su juego y jugadores lo disfrutan, e incluso se le va de las manos agradablemente porque los susodichos jugadores crean situaciones nuevas y el juego se disfruta a niveles muy altos.
Seguro que podéis recordar anécdotas y momentos, en los que defendisteis hasta el último jugador una importante posición, o cuando os tocaba avanzar sobre alguna cota sin visos de sobrevivir "airsoftisticamente" hablando, o mil y una historia, que luego se comentaba con el "enemigo" que tiene una jarra de cualquier líquido provocador de risas en la mano y se prepara para contar su parte de la historia.
Ahí es donde diferenciamos el competir con el jugar, pero hay alternativas que nos permiten competir, los recorridos de tiro dinámicos, por binomios, por equipos, hacer competiciones de AIPSC, y mil maneras de poder sacar la rama competitiva del Airsoft, sin mezclarlo con el juego, existen, porque ese empeño en sacar grados según la cantidades de partidas jugadas, puntos por misiones que derivan en enfrentamientos y problemas.
Invirtamos tiempo en elegir con quién y como jugamos, en formar a los jugadores novatos y en disfrutar, lo que me llamo originalmente de este juego, fue el gran nivel de desconexión que ofrecía. Si no disfruto, no vale la pena.
Juguemos, compitamos, pero sobre todo, disfrutemos. Y veamonos felices y ufanos en los campos.