The Perfect Rescue
Aprovechando la noche, el USS Los Ángeles emergió a medio kilómetro de la costa. Seis figuras aparecieron en escena y ocuparon posiciones en la cubierta, junto al refugio seco. Uno a uno fueron entrando en las gélidas aguas y treinta segundos después el submarino volvía a sumergirse para desaparecer. Los seis operadores SEAL nadaron en conjunto hacia la costa, no era la inserción habitual pero estaban entrenados para este tipo de situaciones.
Para evitar que la población civil pudiera descubrirlos antes de llevar a cabo su cometido se dirigieron hacia un margen de la playa, donde un dique rompeolas les serviría de cobertura para el avance por la playa. En fila de a uno, fueron saliendo del agua aletas en mano, cada uno cubriendo su sector. Desde este punto solo tenían que recorrer un kilómetro hasta el complejo donde inteligencia informaba que estaba el rehén. Aprovechando el dique y las coberturas naturales de dunas de arena, los seis operadores del SEAL pudieron alcanzar el punto de reunión Juliet sin ningún percance.
Llegados a este punto, la fuerza de asalto compuesta por cuatro hombres, tomo dirección hacia el complejo donde el enemigo retenía al agente de la OGA (Otra Agencia del Gobierno), nombre clave Mirlo 3. Un antiguo canal artificial que llevaba hasta el mismo complejo serviría como ruta de acceso. Un avance lento y peligroso de no ser por los dos hombres que quedaron atrás. Este equipo se encargaría de que el avance fuera seguro desde el punto de observación.
El punto de observación se encontraba a 600 metros del complejo y un poco por encima de este en altura, lo que, unido al estar prácticamente a la altura del mar, facilitaría cualquier posible disparo que tuvieran que efectuar. Para llegar a este punto, cuidadosamente elegido, los dos operadores tuvieron que volver a lanzarse al agua llevando consigo todo el material necesario en la USIA para su tarea. El río resulto más profundo de lo que informó inteligencia y unido a la fuerte corriente, fue necesario el uso de aletas. Tras conseguir cruzar el río, ambos SEAL se turnaron la pesada bolsa hasta llegar cerca del punto de observación. El sitio era perfecto, ofrecía cobertura y una vía de escape hacia un punto de extracción, por lo que ambos operadores podrían cubrir la extracción del otro grupo en helicóptero. Uno se preparaba, mientras el otro le cubría y viceversa. No intercambiaban palabras, sabían que tenían que hacer y una vez provistos de sus trajes de camuflaje, se tumbaron en el suelo y levantaron las tapas de sus visores. El spotter comenzó a garabatear un boceto de la zona con las distancias hacia varios puntos de referencia, mientras que el francotirador cubría al grupo de asalto en su avance.
Lo único que encontraron fueron ratas dándose un baño en el canal, pero ninguno de los cuatro bajo la guardia. Pudieron avanzar con rapidez, llegando a un colector donde los cuatro se dividirían en dos grupos de dos hombres cada uno. Aunque su entrenamiento, aparte de duro, les capacitaba para cualquier tarea cada miembro del equipo había cursado entrenamientos especiales individuales. Así los dos SEAL especializados en demoliciones se quedaron en el colector, donde pondrían sus cargas para crear una distracción.
El equipo de observación puso en alerta al equipo al comunicar por radio que había un sujeto armado en la torre. 600 metros de distancia, el observador comprobó las condiciones para el disparo, no había viento y su compañero solo tuvo que corregir la elevación. Un disparo y en menos de un segundo el vigilante se desplomó sobre la barandilla de la torre.
Con el camino despejado, los dos operadores se dirigieron a la puerta del complejo, la cuál estaba abierta. Un vistazo rápido permitió ver que había tres personas en la estancia, una de ellas sentada. Era un interrogatorio, tenían que actuar antes de que se convirtiera en una ejecución. Irrumpieron en la sala, dos disparos rápidos abatieron al sujeto que estaba armado, mientras que el otro desenfundó su arma y usó a quien estaba sentado como escudo humano. Pero este escudo se apartó, y el SEAL que encañonaba a su captor apretó dos veces el gatillo.
El SEAL que derribó al primer sujeto se acercó a la silla, comprobó que era Mirlo 3. Ahora solo tenían que llevarla al punto de extracción…
El equipo de observación empezaba a recoger el equipo cuando el mando informó de que el punto de extracción asignado era un punto caliente, una QRF enemiga se dirigía a su posición. Ambos SEAL se miraron y salieron corriendo. Tenían que unirse al equipo de asalto para la extracción.
Para llegar a la zona de aterrizaje, ambos equipos tenían que atravesar una zona pantanosa. Con paso seguro y firme, pudieron reunirse en el punto de extracción. Lanzaron un bote de humo y se dispusieron en círculo para protegerse mutuamente. Al ver los helicópteros en el aire, Mirlo 3, comprendió que esos seis hombres la habían salvado.