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Do it yourself. Ghillie suit

¿Qué es un ghillie suit y para que sirve?
Un ghillie suit es un tipo de vestimenta de camuflaje diseñado para mimetizarse y pasar desapercibido entre nuestros rivales de juego. En el mercado existen ghillies para diferentes entornos, de más o menos piezas y, por supuesto de diferentes precios. Sin embargo, lo óptimo es crearse un diseño propio, que se adecue a las diferentes zonas de juego. En este D.I.Y vamos a incluir en un conjunto de chaqueta y pantalón materiales que varían en su forma, tejido, grosor y espesor y que facilitan la ruptura de la silueta humana, haciendo que ésta se confunda más fácilmente con el entorno.

 

¿De donde proviene?
Este termino anglosajón que hoy en día se ha internacionalizado para denominar un tipo de vestimenta nació del dialecto escocés ghille que significa, “muchacho, siervo”, refiriéndose a aquellos mozos que prevenían la pesca y caza furtiva en cotos de Escocia. El primer dato que se conoce del uso del traje ghillie o ghillie suit como tal por una unidad militar se remonta a la Segunda Guerra Mundial y fue empleado por una unidad británica de tiradores llamada Lovat Scouts. De todas maneras, se tiene constancia de que en la Primera Guerra Mundial existían soldados que utilizaban materiales del medio adaptándolos a sus ropajes para así confundirse mejor con el entorno.

¿Cómo puedo fabricarme uno?
“Lapiz y papel” que comenzamos con la lista de la compra:

• 1 chaqueta con cremallera o botones (verde o woodland).
1 pantalón (verde o woodland).
1 red de pescador.
Pintura en spray (si fuera necesario).
4 paquetes de cuerda, trozos de tela, paquetes de hilo grueso, lana... según la configuración que se quiera dar al ghillie.
2 tintes verdes de ropa.
Tijeras, hilo de coser…

Además necesitaremos dos cubos a agua, una olla donde hervir agua y un poquito de paciencia.

Pasos a seguir en la realización de tu ghillie suit:

Antes de comenzar a realizar tu ghillie has de tener en cuenta los tonos de colores que se dan en la zona o zonas donde lo vas a utilizar, por ello la gama de colores que busques para tu ghillie debería ir en consonancia a cada zona de juego.

1º Fase de corte

Primero extiende en el suelo tu red de pescador, también puedes adquirir en una tienda especializada una red antideslizante para alfombras, como ha sido nuestro caso. Si utilizas esta opción o cualquier otra que lo requiera, recuerda pintar la red en caso de que el color no sea apropiado.

Sitúa encima de la red tu chaqueta Woodland y corta esta fijándote en sus costuras; el objetivo es forrar nuestra chaqueta con la red tal y como se aprecia en las imágenes:

1.- En primer lugar realizamos unos cortes en la red para cubrir la parte inferior de la chaqueta.
2.- Los siguientes cortes, para cubrir las mangas y la parte superior hay que realizarlos en diagonal a partir de la unión del hombro y la manga de nuestra chaqueta.
3.- En nuestro caso hemos dejado una separación para poder acceder a los bolsillos del pecho.

Una vez que hemos cortado todo hasta aquí, tendremos que fabricarnos una capucha que posteriormente se coserá a la chaqueta.

Para realizarla no hay más que cortar dos piezas de la red que venimos empleando de la siguiente manera:

Una vez cortadas ambas piezas, las cosemos por la línea roja, mientras que la línea azul corresponde al cuello, que coseremos a la chaqueta.

Por último emplearemos piezas que han ido sobrando de los cortes anteriores para colocarlas en la parte trasera del pantalón, teniendo en cuenta que de la chaqueta nos colgaran pelos que taparán aquel lugar donde la espalda pierde su nombre. En todo caso habrá que disponer la red por encima del tobillo (no queremos que al correr se te enreden los pelos en la bota y tropieces)

2º Fase de confección

Una vez cortadas todas las piezas tenemos que empezar a unirlas. Hay varias técnicas recomendadas por profesionales, aconsejando hilo de pescar sin olor o incluso hilo dental no mentolado, aunque también puedes realizarlo con hilo normal. A la hora de coser la red al uniforme es recomendable hacerlo aproximadamente cada 10 centímetros para poder añadir el camuflaje posteriormente, dejando así zonas más holgadas de red para crear el efecto buscado.

3º Fase de preparación de materiales

1. Cuerda de esparto
2. Hilo de cáñamo
3. Yute específico para ghillies
4. Lana de colores
5. Sacos de arpillera y tela
6. Tiras de ropa vieja de camuflaje.

Puedes obtener este material en diferentes lugares:

• Comprando yute suelto en tiendas especializadas (esta opción será la más complicada y cara).
• Comprando hilo de cáñamo en ferreterías.
• Comprando cuerda de esparto y desenroscándola. Ésta es la opción más barata, pero también la más costosa.
• Utilizar únicamente trozos de tela. Quizá tengas algún uniforme roto o que ya no uses y pueda pasar a mejor vida. También puedes emplear retales de camisetas viejas cortadas en tiras de diferentes larguras, anchuras y formas que luego habrá que teñir.

Sea cual sea tu elección, hay que calcular la longitud de las tiras con un sencillo método. Esta longitud será la que separa los nudillos de nuestra mano del codo. Así tendríamos una tira ejemplo, átala con un hilo por en medio y repite la operación hasta completar un buen montón (necesitaras más de los que crees, así que no te importe pasarte en la realización de “mechones”).

4ª Fase de coloración

Ha llegado el momento de usar los dos cubos y los tintes, prepara la zona porque es posible que manches. La bañera de casa puede ser un buen sitio.

Introduce los mechones en un cubo con agua fría hasta que estén bien empapados. Acto seguido pásalos al de agua muy caliente, en el que previamente has vertido el tinte.

Trucos con el tinte. No necesitas más de dos tonos de verde o un verde y un marrón para conseguir una amplia gama de colores. Además las prendas se tiñen por la cantidad de tinte por litro de agua o por el tiempo que la prenda se encuentra sumergida en el mismo. Puedes introducir algunos mechones y dejarlos más o menos tiempo con el tinte verde. Para crear diferentes tonalidades opera de igual modo con el marrón o incluso puedes mezclar ambos en diferentes proporciones para sacar diferentes tonalidades y colores.

Después de teñir los mechones déjalos colgados en una barra para que suelten en agua y el tinte sobrante. Si no puedes esperar o quieres seguir cambiando tonalidades puedes escurrir los mechones, aunque al hacerlo perderán un poco de color.

Sería interesante dejarlo secar al sol y al aire libre, la cantidad de tinte y tiras que teñirás dejaran un buen olor, así que hazlo en una zona ventilada.

5º Fase de “peinado”

Ya tenemos el uniforme con la red cosida y el recubrimiento teñido y cortado. Ahora empieza la ardua tarea de rellenar y dar forma a nuestro ghillie. Hay varias técnicas de realizarlo, comenzando por abajo o por arriba; cada una tiene sus pros y sus contras, así que utiliza la que consideres más adecuada.

También se aconseja comenzar con los colores más oscuros como base e ir poniendo posteriormente y de manera escalonada colores más claros. Lo dejamos a tu criterio ya que dependerá de tus gustos y zonas donde lo vayas a utilizar.

El proceso de colocar los mechones es muy simple: coge cada mechón y comienza atándolos por la mitad en la red: alternar y mezclar colores nos dará efectos diferentes.

Si la red que has elegido tiene los nudos próximos, quizá deberás cortar algunos para que resulte más cómodo atar los mechones. Este tipo de red posibilita colocar mechones de mayor o menor grosor, consiguiendo así un efecto más heterogéneo.

También puedes atar mechones en los extremos en lugar de por la mitad del mismo para marcar diferencia entre capas. Si ves alguna calva no te preocupes, cuando te lo coloques veras muchas más que rellenar y lo modificarás muchas veces, así que primero realiza esta capa como punto de partida.

Consejos:
A la hora de cubrir de pelos la capucha, ten en cuenta cómo apuntas, ya que al apoyar la mejilla en el rifle y poner el ojo en la mira, una gran cantidad de pelo en esa zona nos molestaría. Sin embargo, tapar muy bien el lado contrario de la capucha creará un efecto “cueva” cuando estés apuntando, dejando completamente camuflada tu cara.

Si después de todo esto, aún tienes ganas y mechones de sobra, pueden atarlos a una tramo de cuerda de alrededor de 1 metro de longitud para poder mimetizar tu réplica. Hay gente que mientras no usa su ghillie lo guarda en una caja en la que previamente ha introducido tierra o ramas de la zona en la que se juega para que se impregne su olor.

Después de todo, tendrás tu propio ghillie, adaptado a tus zonas de juego favoritas y por fin podrás jugar al escondite, unos años después!. Por cierto ¿adivináis donde está nuestro modelo?

Texto: 0'20 magazine
Fotografía: 0'20 magazine
Colabora: David Valle a.k.a Wizard